La instalación, que consta de dos obras a gran escala sobre lienzo, cada una ejecutada en tinta, grafito, pastel, lápiz de color soluble en agua y tinte de barro, se destaca como una explicación sobre un desarrollo en la práctica de Valentine que comenzó en 2022: la producción de obras discretas sobre lienzo tensado. Siempre experimentalista, articulado por primera vez en forma de una única obra monumental montada en la pared, podría decirse que es una pintura, aunque equivale a un conglomerado de varios procesos pasados, dispuestos en un solo plano, con la orientación final templado pero indeterminado, ha transgredido desde entonces este clasicismo de presentación y se ha convertido, además en una forma de intervención arquitectónica site-specific.
Fuente: Contemporary Art Daily |